domingo, 8 de febrero de 2015

LAS SOPAS DE AJO DE MI ABUELA NICOLASA




     Las sopas de ajo son  un plato muy reconfortante cuando hace frío, pero  no se me ocurriría prepararlo cuando empieza a hacer calorcito.
     Yo siempre que hago unas sopas de ajo, me acuerdo de mi abuela Nicolasa, que era muy aficionada a ellas, tanto que en cuanto comenzaba a hacer frío, era su cena casi diaria (o sin casi)
     Hay tantas recetas de sopas de ajo como familias, pero yo voy a explicar como las hacia mi suegra porque es la receta que más me gusta, y que es tal como yo se las he hecho siempre a mi marido y a mis hijos. Bueno, pues vamos a ello

     INGREDIENTES para cuatro personas:
     Media barra de pan de un día o dos antes; un tomate maduro; dos pimientos choriceros; cuatro o cinco dientes de ajo; un huevo, dos cucharadas de aceite y dos cubitos de caldo concentrado.

     Lo primero es cortar el pan a rebanaditas pequeñas y limpiar y poner los pimientos a hidratar un buen rato en agua templada.
     Después poner en una olla unos dos litros de agua con las sopas de pan, el aceite y los ajos; éstos estos se  echan sin pelar, aunque se les da un golpe para romperlos un poco.
     Cuando empieza a hervir, se echa el tomate, se deja que hierva un minuto y luego se saca y se pone en agua fría, se le quita la piel y lo volvemos a echar a la olla,y añadimos también los pimientos una vez  bien hidratados.
     Las tenemos cociendo a fuego lento alrededor de media hora ( yo las bajo al 4 cuando empiezan a hervir) y pasado ese tiempo les echamos las dos pastillas de caldo (o sal) y las batimos un poco con un tenedor  o algo parecido, para que se rompa el tomate a trocitos y lo integramos con la sopa que también quedara desmenuzada, a continuación echamos un huevo entero, batimos seguidamente un poco más para que se deshaga y ya podemos retirar la olla del fuego.
     La idea es que una vez que se ha comido uno la sopa, queda en el plato el trozo de pimiento que le haya correspondido, se le echa un poquito de aceite de oliva por encima y se retira la carne del pimiento con el tenedor o se unta directamente la carne del pimiento con el pan, al menos así es como lo hemos comido siempre.
     También podemos dejar el huevo entero y ligeramente cuajado en la sopa, poniendo uno por cada comensal. Espero que os gusten! 

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