En este caso me tuve que hartar de paciencia para limpiarlos, sólo compré medio kg., pero como eran pequeñitos, costó lo suyo.
Tanto los ingredientes, como la preparación del plato son muy sencillos, como podéis suponer. La originalidad añadida en mis boquerones, es la de agregarles una salsita, hecha con el propio aceite de freírlo, unos dientes de ajo y un chorrito de vinagre. El vinagre desglasa el fondo de la sartén y le añade un sabor increíble.
Las cantidades dependen del apetito, del número de comensales y de las otras cosas que vayáis a degustar en esa comida o cena. Por la foto podéis calcular lo que cunden.
Ingredientes: 500 grs. de boquerones; 50 grs. de harina; una taza de aceite de oliva suave; 3 o 4 dientes de ajo; una cucharada de vinagre.
Preparación: limpiar bien los boquerones conservando la espina, dejarlos sobre un papel de cocina para quitarles la humedad y una vez secos congelar hasta el día siguiente (como precaución por si tienen anisakis), procurando ponerlos separados para que no se peguen un con otro.
Al día siguiente, sacar del congelador media hora antes de cocinarlos, pasarlos por harina sacudiéndolos un poquito para que solo cojan la necesaria y con el aceite caliente ir friéndolos en tandas, procurando no echar a la sartén demasiados a la vez para que no enfríen el aceite y queden crujientes. Apenas se hacen unos segundos por un lado, se les da la vuelta para que se hagan por el otro y se sacan.
Una vez los tenemos todos fritos, en el mismo aceite, freír los dientes de ajo cortados a rodajitas y cuando se empiezan a dorar, retirar la sartén de fuego y añadir la cucharada de vinagre, después echamos esta salsa por encima de los boquerones. En el caso de que haya demasiado aceite en la sartén cuando hayáis acabado de freír los boquerones, quitar una parte antes de echar los ajos.
!espero que os gusten!
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