martes, 3 de noviembre de 2015

CHEESCAKES CHOCOLATE-BOMBÓN

     Este postre queda espectacular, y además está buenísimo, tras la fina capa de chocolate negro nos encontramos una deliciosa crema de queso que se disuelve en la boca. Lo más increíble es que no es difícil  de hacer, solo un poco entretenido, y que no necesita horno, por lo cual no hay sorpresas, ni resultados inesperados.

     Lo vi en el blog La Repostería de Miguel y me encantó nada más verlo, al leerlo ya se me hizo la boca agua, pero nunca pensé que me iba a quedar casi tan bonito como a él.

INGREDIENTES:

Cubierta de bombón
*350 grs. de chocolate negro

Relleno
*250 grs. queso Mascarpone
*150 ml. nata líquida
*80 grs. azúcar glass
*1 cucharadita extracto de vainilla
*1 cucharadita gelatina neutra en polvo
*2 cucharadas de agua



Decoración

*50 grs. chocolate con leche
*Pistachos

     Lo primero es derretir el chocolate negro, bien en el microondas, o al baño Maria. Con un pincel de silicona pintamos el molde que hayamos elegido, tanto las paredes como el fondo, lo metemos en el frigo y una vez que se haya solidificado el chocolate, le damos una segunda capa y lo volvemos a meter al frigorífico.
     A continuación, vamos a preparar el relleno, batimos en un bol el queso Mascarpone, con el azúcar glass y el extracto de vainilla, hasta conseguir una crema suave y reservamos.
     Ponemos la gelatina en polvo con las dos cucharadas de agua en un recipiente y esperamos a que esponje. Mientras ponemos en un cazo la nata líquida a fuego medio y antes de que empiece a hervir lo retiramos del fuego y le añadimos la gelatina, removemos hasta que esté completamente disuelta y la dejamos enfriar por completo.
     Una vez que esté a temperatura ambiente mezclar la nata con el queso crema pasta obtener una mezcla homogénea.
      Sacamos los moldes del frigorífico, y los rellenamos con la crema que hemos preparado, dejando dos o tres milímetros sin rellenar, volvemos a meter al frigorífico durante una hora o así, dependiendo del tamaño de los moldes, con el fin de que el queso y la nata se hayan cuajado. Por último, volvemos a fundir el chocolate negro y cubrimos los que falta para llegar al tope del molde y, metemos de nuevo al frigorífico hasta que se solidifique el chocolate que acabamos de añadir.
     Finalmente desmoldar y decorar los bombones, para ello fundimos el chocolate con leche y echamos unos hilitos por encima y unos trocitos de pistacho, que le darán un toque final  salado al chocolate que lo hace irresistible.
     Yo los hice con unos moldes pequeños de silicona que había comprado un día sin saber exactamente en que los podía emplear, y en principio me parecieron ideales, pero luego me he dado cuenta que son un poco grandes para una ración y con lo bonitos que quedan, me parece una pena tener que partirlos en la mesa, así que para la próxima vez buscaré algo un poco más pequeño, quizá  flaneras de silicona.

   
   
 


No hay comentarios: