GARBANZOS CON BOGAVANTE

Platos de cuchara

    Soy una persona  muy inquieta; me gusta cocinar, pero me encanta hacer cosas diferentes. 

   En el pasado mes de julio, hice botes de  bonito en aceite de oliva;  en septiembre botes de salsa de tomate. Todo ello en pequeñas series, porque en una cocina doméstica no hay medios para hacer muchos botes de vez. A lo sumo y, según el tamaño, puedo hervir  4 o 6 botes de vez. Como  primero hiervo los frascos  20 minutos antes, para esterilizarlos  de poner el guiso que quiero conservar y, posteriormente 30 minutos más para que los botes  hagan el  vacío y se conserven, todo esto lleva tiempo, además del cocinado,  así  que  cuando me pongo, no hago más que esos cuatro o seis botes. Después les pongo unas etiquetas monísimas que me descargo por Internet y las guardo ordenadamente en un estante de mi cocina.

 

  Me gusta mirarlos de vez en cuando. Eso sí, al ser tan artesanales, luego los guardo como un tesoro para regalar a mis hijos o a mis amigos, rara vez me permito gastar una de mis preciadas conservas  para mi misma. 

   Animada por los elogios recibidos por mis conservas de bonito y de salsa de tomate,  he pensado hacer algo diferente para tener pequeños obsequios de Navidad. Le conté este proyecto  a mi hija Beatriz, quien  me proporcionó  la idea de hacer garbanzos con bogavante, como un aperitivo de cocina clásica de cuchara. Poder comer, antes de una comida más sofisticada, o quizá más sencilla,  unas cucharaditas  de un guiso sabroso, rico, contundente,  que te lleve a recordar los aromas y sabores de tu infancia en Navidad, la cocina de tu madre o, acaso la de tu abuela, yo me lo imagino como una delicia. 

   La verdad es que me ha salido tan rico, que antes de que se acabe la tarde del domingo, quiero escribir como  he hecho este plato, para compartirlo con los seguidores de mi blog.

  INGREDIENTES:                                                                               

400 gramos de garbanzos de Pedrosilla

1 bogavante

aceite de oliva virgen

1 cucharada de harina

1 cucharada de pimentón dulce 

3 pimientos secos

4 cucharadas de tomate frito

MODUS OPERANDI:

    Se ponen en remojo los garbanzos la noche anterior con un puñadito de sal.

    Al día  siguiente, se aclara en abundante agua los garbanzos para eliminar el exceso de sal. Después se pone agua a calentar en la sopera que vayamos a hervir los garbanzos, cuando está a punto de hervir se echan los garbanzos  con una hoja de laurel y, se dejan hervir a fuego suave hasta que estén tiernos.

    Ponemos los pimientos secos o choriceros a hidratar con agua caliente y posteriormente les raspamos la carne para añadirla al sofrito que vamos a preparar.

    En una sartén honda cortamos media cebolla y dos pimientos verdes todo bien   picadito.  Cuando ya está bien  pochada la verdura, echamos un sobrecito de azafrán, dejamos que se tueste muy  ligeramente y añadimos las cuatro cucharadas de tomate frito y la carne de tres pimientos choriceros, y le dcamos una vuelta a todo.

   A continuación, echamos el bogavante partido en trozos, añadimos medio vaso de cognac  y dejamos flambear, hay que tener cuidado no suban las llamas a  la campana,  y provoquen un incendio, para ello debemos tener la campana apagada. Dejamos que se haga tres o cuatro minutos y reservamos.

     Escurrimos parte del agua de los garbanzos, dejando parte para la salsa, en función de que los queramos más o menor caldosos.

   A continuación, ponemos aceite en una sartén y echamos una cucharada colmada de harina que tostamos ligeramente, retiramos del fuego y ponemos la cucharada de pimentón dulce, le damos una vuelta y  lo echamos encima de los garbanzos y removemos. Probamos el  punto de sal y rectificamos si es necesario. 

   Después, echamos los garbanzos con su salsa encima del sofrito con el bogavante, removemos y dejamos hervir suavemente un par de minutos.

    Este guiso mejor de un día para otro.

                                                  ¡¡ESPERO QUE OS GUSTE!!